lunes, 8 de noviembre de 2010

YA NO NOS TOCAMOS

No creo que sea por culpa de las nuevas tecnologías, que dicen que nos aislan. No creo que sea por la tele, que nos emboba. El caso es que nos tocamos poco.
Nos saludamos de lejos, guardamos las distancias, defendemos a saco un espacio vital cada vez mayor. Tocarse se malinterpreta. El roce con la piel ajena parece tener sólo connotaciones eróticas. Abrazar asfixia. Besar ya lo podemos olvidar.
Así nos va.
Reconozco que antes era menos "física" a la hora de relacionarme o de manifestar emociones. Pero me trasladé a geriatría y cambié el chip.
Veo cada día mayores que pasan hambre. Un hambre mortal, que les va matando de manera implacable. Tienen hambre de roce, de cariño físico.
Podemos, y lo hacemos, mantenerles bien aseados, alimentados, hidratados y vestidos. Pero empeoran, algunos, más rápido de lo previsto.
Porque lavar no es tocar. Extender crema no es acariciar. Tener gente alrededor no implica contacto humano. Y ya no hablo de los que padecen deterioro cognitivo, mucho más "físicos" a la hora de percibir.
Algunas veces, muchas, no puedo hacer mucho desde mi departamento de fisioterapia. Pero no esquivo el contacto, la caricia, el abrazo, el beso. El dejarme dar un beso, etc. Algunos reciben una dosis de energía que ni el mejor aparato conectado a la red.
Algunas veces nos pasa algo y no sabemos qué es. Nos sentimos mal, nos sentimos aislados, extraños, vacíos. Algunas veces, sólo nos falta un abrazo que nos proteja, que nos descubra nuestra piel.
La emotividad está mal vista.
Y quizá lo que deberíamos es alejar las connotaciones eróticas, las connotaciones carnales. Y dejar que nuestra piel, nuestro cuerpo, también hablara.
Empecemos por sonreir un poco más, que no nos va a vaciar el bolsillo.

4 comentarios:

  1. Enhorabuena por la entrada, y no sólo nos pasa en nuestro ámbito profesional, puesto que para algunos pacientes el tocar ya es invadir su "intimidad", y sobrepasar ésa barrera para que estén cómodos y muestren su ser es difícil.
    De todas maneras no sólo nos pasa a nosotros los profesionales, estoy seguro que en la vida diaria, la gente entre sí ya se toca menos, me refiero de madres a hijos, de abuelo a nieto, entre hermanos, etc. ya sea por diferentes variables, como estilos de vida, trabajo, prisas, cansancio, sedentarismo...
    Estamos perdiendo lo que nos une, nuestros orígenes naturales como seres animados, las raíces de la comunicación no verbal.
    Saludos y ánimos para crear nuevas entradas.

    ResponderEliminar
  2. Coincido plenamente contigo. Es triste que me sorprenda que la gente se toque de manera emotiva. Familiares y amigos se distancian como si fueran compañeros de trabajo.
    Es triste porque el cuerpo lo necesita, nuestra alma lo necesita.
    Supongo que la campaña de "se regalan abrazos" tiene origen en esa carencia.

    ResponderEliminar
  3. Bonita entrada.
    Muchas veces, cuando trabajo con personas mayores, pienso que un buen indicativo de éxito podría ser la cantidad de sonrisas que arranco de esos rostros.
    Bienvenida a esto de los blogs!

    ResponderEliminar
  4. Gracias Carlos por tu cálida bienvenida. Supongo que he llegado hasta aquí para quedarme.
    Nos leemos.

    ResponderEliminar

Venga, inspírate y comparte unas palabras.