jueves, 28 de abril de 2011

LA IMPORTANCIA DE SER PEON DEL REY

Una residencia puede vivir perfectamente sin médico de plantilla. Sin enfermeras, sin podólogo, sin terapeuta ocupacional y, como no, sin fisioterapeuta.
A todas luces, que falten profesionales con uno, dos o varios de estos perfiles, hacen que un centro de este tipo sea menos eficaz.
Pero lo que está claro es que no puede existir una residencia sin el personal de atención directa. Y prefiero auxiliares de enfermería a gerocultoras. Creo que la gerocultora es una creación para disminuir el grueso de la nómina.
Me parecen vitales, con un puesto de responsabilidad, con gran influencia en todos los aspectos de la vida del usuario. ¿Por qué algunas se empeñan en considerarse y actuar como meras "lavaculos"? Dicho por más de una.
Tienen una responsabilidad vital, tienen una historia clínica que llevar, tienen un trabajo diario, tienen un margen de decisión propio. Tienen un desarrollo propio de la actividad.
Quién mejor que ellas, para decirte si el anciano empieza a tener sutiles cambios. Quién te puede mantener las habilidades para las actividades de la vida diaria, la independencia que tenga el usuario. Nadie mejor para valorar la respuesta a un tratamiento.
La persona que puede conseguir, con su apoyo, que el trabajo de recuperación tras una fractura, una intervención, un ictus, una caída, se vea reducido drásticamente.
No es cuestión de quién tiene el título universitario más gordo o con la lista más larga de masters o postgrados. Es cuestión de profesionalidad, de responsabilidad, de respeto por el propio trabajo. De creer en ti mismo y en tu labor.
No puedo hacer que un colectivo se sienta importante en la institución, si ese mismo colectivo no se lo cree. Hay que empezar por ahí. Después eso repercutirá en cómo les ven los demás colectivos, los mandos superiores y el público.


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