domingo, 25 de noviembre de 2012

FISIOTERAPIA: LUJO DE REYES Y MILLONARIOS

Nos llena de orgullo y satisfacción, saber que el rey ha iniciado su tratamiento fisioterápico el mismo sábado, horas después de su intervención. Y todo porque quieren una recuperación buena y rápida.
¿Qué profesional se queda tal cual, con tan buena valoración de su profesión?

Después vas a tu trabajo y ¡ZAS! la realidad te da en toda la boca. Hay pacientes y pacientes. Operaciones y operaciones. Derivaciones y ...

El rey necesitaba que pusieran a tono su flamante nueva cadera. Con 74 años, desde mi experiencia en geriatría, puedo decir que no es viejo. Le queda mucha guerra por dar (va sin segundas). Y me parece perfecto que le den de lo bueno, lo mejor. Actualmente, una prótesis de cadera devuelve la vida a muchas personas limitadas en movilidad y con dolores intensos. Y el rey no iba a ser menos.

Sin embargo, no termino de pillar el concepto variable de la derivación a fisioterapia. Es decir, unos tanto y otros tan poco. Si eres deportista de seis mil euros la articulación, rey, noble o similar, la fisioterapia es intensiva, vital, eficaz, necesaria, fiable, etc...

Pero si eres un viejete normalico, con tu pensión y tus nietos. Mejor te recuperas caminando tu solito, por casa y esas cosas. Total, qué vas a esperar, con ochenta años, de tu artrósica rodilla, o de tus gastados pulmones o tu trabajado corazón. Ya digo, salvo que seas un importante o valgas tu peso en oro.

Si eres una persona anónima, mejor espera a que ceda la contractura y el dolor para ir a un fisio. No, no vayas a fisioterapia que hacen daño (¿El resto de sanitarios NUNCA causan dolor, ni en las curas, ni cuando han operado, ni en las exploraciones, ni en las manipulaciones, ¡vamos! Algunas veces no queda más remedio). No vayas a fisioterapia porque estás con reposo y esa articulación no puede moverse (y del resto de articulaciones, órganos y aparatos ni hablamos, claro). No merece la pena que te prepares para una cirugía, que te enseñen a toser, a movilizarte, a cuidarte.

Nada de basarse en la evidencia. Sólo en la cuenta corriente del paciente. O es que si parece humilde, y no puede llegar a tiempo a superar la laaarga lista de espera, no puede acudir a un profesional privado. Eso me hace pensar que el rey no ha tenido que pasar por la ignominiosa lista de espera. Ah, no, que en la Quirón no hay lista de espera. Se me olvidaba.

Si mi trabajo y mi esfuerzo es bueno para unos, lo es igualmente para el resto de los mortales ¿A quién se lo tengo que grabar a fuego?




viernes, 23 de noviembre de 2012

ERASE UNA VEZ: UNA REUNIÓN DE EQUIPO... QUE FUNCIONÓ

A estas alturas del cuento, nadie discute la necesidad de trabajar en equipo. Ya queda muy vieja la discusión sobre multidisciplinar, interdisciplinar ocualquierotraforma. Ahora la cosa está en cómo funciona "la cosa". Distintas sensibilidades, distintas categorías, distintas opiniones, distintas visiones.

En mi centro nos reunimos por turnos y todos juntos-fuenteovejuna. Médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, terapeuta ocupacional y fisioterapeuta. Estas dos últimas vamos a todas porque somos figuras únicas. Poco a poco, también se incorporan auxiliares de enfermería -según qué temas se traten-.

Mira que es difícil que se entienda lo del intercambio de visiones y "el triunfo" de la opinión que más gente ve como adecuada. Las auxiliares dicen que no van, porque no pintan una mona, que sólo son limpiaculos. El médico dice que no entiende por qué no se le hace caso. Las enfermeras que si la cura es tuya, que si mía. Las trabajadoras sociales que a ver quién le dice a la familia ese cambio. La terapeuta no puede acudir porque la convocaron a otra cosa. Y la fisioterapeuta -servidora- que no siempre se entera de todo, buscando el equilibrio. 

Los de la mañana porque hay mucho trabajo. Los de la tarde porque son muy pocos. Los de la noche porque se sienten olvidados.

Así cada reunión... ¿No notáis que falta algo?
Venga, os doy unos segundos para pensar... tic...tac...tic...tac...
¡Exacto! Un caramelo para el lector de gafitas del fondo.

EL USUARIO.



Sip. Creo que se podría llegar a un acuerdo mayor y más comprometido si todos pusiéramos al usuario en el medio de la reunión. Que cada uno mire bien y piense "¿Qué puedo hacer por él, desde mi puesto?". Hay se incluye cantidad de personal, turno, categoría, etc. Pero se oferta desde el otro lado. Buscando lo mejor -que no siempre coincide con lo que él quiere- para el anciano que recibe nuestros cuidados.

Creo firmemente que los equipos funcionarán genial, cuando se ponga el acento donde realmente tiene que ponerse y no en lo que yo digo que es correcto.

Y, me llena de orgullo y satisfacción, decir que la última reunión del equipo de mi residencia funcionó así. Y dio gusto.

martes, 13 de noviembre de 2012

COLOCAME LA TETA

Con las personas mayores, como con los niños, corremos el peligro de hacerlo todo para terminar antes. El tiempo es el gran enemigo de todito todo. Que si hay que levantar a ciento, que si la mitad antes de las nueve, que si tocan mil duchas, que si la medicación de la planta, que si las grúas, que si tal... Vamos corriendo por las habitaciones, por las plantas, por los pasillos. Como si la vida fuera un paso por delante.
Y, si encima el usuario-paciente-abuelo, se deja hacer, pues tenemos la ecuación perfecta.
Hoy subí a una planta para echar un vistazo. Movilidad, ergonomía, riesgo de caídas, ayudas técnicas, autonomía, equilibrio y demás cosas que miramos los fisioterapeutas por las plantas a horas intempestivas, como la de levantar.
Así entré en la habitación de Adela. ciento cuatro años muy apañados. Hace uno mes y medio se cayó y creyó que no volvería a caminar. Pero no quisimos darle la razón y por ahí va, con su andador. Sin embargo, hay cosas que empiezan a llamar la atención. Con la tontería de charlar con ella y su auxiliar de referencia, estuve en el aseo y vestido. Ya de paso echando una mano, que una no vale para estar de brazos cruzados. Y cuando le ponen el sujetador, se queda a la espera, mientras abrochan los corchetes.

- Adela, hija, recolócate los pechos que se te escapan.
- No - Me responde, mirando a ninguna parte.
- ¿Cómo que no?
- No, que ella lo hace mejor - añade, cabeceando hacia la compañera-.
- Pero si no te pasa nada en los brazos.
- Que no.

Son pequeños gestos, pequeños detalles que nos dan la alerta. No hay ningún tipo de limitación para ese gesto, ni tronco, ni hombros, ni codos, ni manos. Ni mucho menos en los pechos. 
Sin embargo, es otro pequeños detalle de cierta rendición. Poco a poco. 
Mañana la voy a poner una parrilla nueva de ejercicios para miembro superior. Y otro para el amor propio de una mujer que ha sido tan batalladora.