domingo, 4 de octubre de 2015

DIMES Y DIRETES GERIÁTRICOS

Hace un par de días, concretamente el 1 de octubre, fue el día mundial de las Personas Mayores. Las redes sociales, los discursos, los organismos públicos y privados, se llenan de actividades, de actos, de buenas voluntades.
Sobrevolaron nuestras cabezas las grandes frases y las palabras redondas, de esas que llenan la boca de quien las pronuncia. Y, la verdad, algunas cansan.  Traídas por los pelos, generalizaciones, prejuicios, palabras cargadas de un equivocado buenrollismo. Hablo, por ejemplo, de la eterna confrontación entre cuidados familiares -en la casa- y cuidados institucionales. Como si fueran los dos lados de la misma moneda. Lo bueno y lo malo. El cielo y el infierno. 

Como si el cuidado en casa fuera lo mejor para TODOS los mayores- Como si TODAS las familias pudieran prestar "adecuadamente" estos cuidados. Como si TODAS las residencias puedan el final, el olvido, el compendio de los malos cuidados. El amor frente al abandono. Los cuidados frente al maltrato...

En mi residencia nos esforzamos por dar unos buenos cuidados, por hacer el trabajo con orgullo y profesionalidad. Es injusto para nosotros, para las familias y para los propios mayores, generalizar que las residencias son el último escalón, el fin. Porque así los mayores sienten su ingreso como un abandono y las familias cargan para siempre con el complejo de no haber sabido/podido/querido cuidar a sus seres queridos.

Dejemos a un lado que hay buenos y malos centros y buenos y malos profesionales. Como también pasaremos por alto la existencia de familias  buenas y malas, estupendas y maltratadoras, abuelos acompañados o abandonados en casas con barreras arquitectónicas, etc.

Para la mayoría -desde mi punto de vista-, lo mejor sería quedarse en su entorno habitual. Que éste esté adaptado y que se les presten los cuidados necesarios in situ. Tener a su disposición cuidados sanitarios profesionales, lavandería, limpieza, catering, educación, ocio, etc. Podrían vivir solos o con su familia. Pero con la máxima libertad y autonomía.

Y, cuando esta no fuera la opción más aconsejable, o el propio individuo lo eligiera, pasar a un nivel superior. Centros asistenciales donde recibir los cuidados que ya no pueden darse en el entorno habitual. Donde poder cuidar a mayores con patologías complicadas, por su sintomatología o por los cuidados a recibir.

Seamos justos. Exijamos unos cuidados satisfactorios en todas partes y por igual. Dotemos a los profesionales, las instituciones y las familias en la proporción, cantidad y especialización correspondiente. 

Y terminemos con las frases baratas y falsas.




4 comentarios:

  1. Los políticos, que son los que adjudican los dineros para todo, incluso sus bolsillos, no saben ni responder a una simple pregunta de SI o NO...¿cómo no van a parolear para marearnos?

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    1. Exacto. Pero no hablo sólo de los políticos, hablo de la gente, las organizaciones, etc. Algunas veces, hablar desde la experiencia propia y generalizar no es la mejor de las opciones.

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